Cansado de achicar.
Tengo una pesadilla recurrente:
Remando río arriba, llevo de paseo en canoa a dos mujeres del siglo pasado.
A cada momento debo achicar, las mujeres levantaban la cabeza, echada al sol,
y me miran molestas al detenerse la suave brisa.
No se cuanto tiempo estoy en esta situación, solo se que me canso de ella.
Dejo de achicar y ellas clavan sus miradas exigentes en mi.
Mientras, la barca se hunde.
Cuando el agua nos llega al cuello empiezan a maldecír, a los gritos, culpándome
de la situación.
Me despierta el teléfono, a veces el móvil, a veces el fijo. Es un viejo amigo que me pide disculpas, como no se porque las pide no se las doy.
Remando río arriba, llevo de paseo en canoa a dos mujeres del siglo pasado.
A cada momento debo achicar, las mujeres levantaban la cabeza, echada al sol,
y me miran molestas al detenerse la suave brisa.
No se cuanto tiempo estoy en esta situación, solo se que me canso de ella.
Dejo de achicar y ellas clavan sus miradas exigentes en mi.
Mientras, la barca se hunde.
Cuando el agua nos llega al cuello empiezan a maldecír, a los gritos, culpándome
de la situación.
Me despierta el teléfono, a veces el móvil, a veces el fijo. Es un viejo amigo que me pide disculpas, como no se porque las pide no se las doy.
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